Es evidente que la tecnología ha llegado a un apogeo, donde ha afectado incluso los procesos pedagógicos en la Educación. Ahora la enseñanza también es un proceso de vitalización.
La cultura universitaria de las instituciones tradicionales chilenas comparten características comunes; por ejemplo: la tecnología como cualquier herramienta es un amplificador del buen o mal uso pedagógico que con ellas se realice. La problemática es más difícil en términos de recursos y dedicación para alcanzar un uso óptimo de los medios tecnológicos.
Las instituciones tradicionales enfrentan de manera desarticulada la implementación y el uso del learning. Los sistemas son incoherentes con los modelos educativos institucionales actuales y su implementación responde más bien a intereses en el colectivo de algunas unidades. Por lo tanto, es necesario estudiar modelos particulares dentro de la institución para resolver de manera óptima cada uno de los problemas que se presenten.
Las capacidades instaladas en las instituciones tradicionales, tanto de capital humano como tecnológico, hacen viable y transparente en breve plazo la consolidación de los sistemas corporativos con plataformas para educación a distancia y/o modalidades mixtas.
La naturaleza democrática y la diversidad cultural de las instituciones estatales hace difícil la uniformidad de sistemas, y explica las diferencias con que cada facultad asume el uso de sistemas de educación virtual.
Las problemáticas institucionales para asumir las aulas virtuales en el uso pedagógico recién comienzan a ser superadas: inicialmente en el soporte tecnológico y administrativo y paulatinamente hacia la didáctica y el curriculum. Las inquietudes que nos amonestaran en los próximos años apuntaran a comprender de qué forma la tecnología interfiere en las dinámicas y el proceso de enseñanza-aprendizaje.